Este film de 2006 retrata de una forma directa la realidad de la Inglaterra de 1983. Una Inglaterra sumida en una depresión, sin rumbo, con la Dama de Hierro al frente, y unos tres millones y medio de parados en su momento más álgido (1986).
Y lo hace a través de una tribu urbana poco entendida: los skinheads.
La película rodada desde la perspectiva de Shaun, un chaval de 12 años que no entiende muy bien que pasa a su alrededor, captura perfectamente la idiosincrasia de una pequeña isla que fue un gran imperio. Cosa que aprovecha el Frente Nacional (National Front) para hacerse con el control al más puro estilo hitleriano de una masa de trabajadores de fábrica que escuchaban música negra, herencia de los rudeboys jamaicanos, para acabar siendo la punta de lanza del racismo británico.
La foto del nuevo equipo de fútbol inglés y el New Deal tatcherista, la sensación de inferioridad del protagonista respecto al resto del mundo, el como un mismo evento tiene dos lecturas tan distintas como una loca noche de juerga, las frustraciones de la ira… la lista de similes no tiene fin, eso sí sin abrumar ni sin distraer. Cómo la última mirada de un niño que no entiende que hacia su padre en una isla diminuta en el otro lado del globo terraqueo.
1983, el año en que Inglaterra perdió a una generación. Para verla una vez al año.
Los títulos de crédito son impagables. Lo dicho: peliculón.
Leave a Reply