Sobreposición de la espiral áurea sobre la Gran Ola de Kanawaga de Hokusai
¿Qué tienen en común Leonardo Da Vinci, Le Corbusier y Béla Bártok [1]? pues que los tres basaron parte de su trabajo (el hombre de Vitruvio, el sistema Modulor y las Danzas Rumanas) en una curiosidad matématica: el número áureo.
El número áureo (o sección áurea) es un tema que no voy a descubrir a nadie. Fueron los sumerios hace 5000 años los primeros que lo “detectaron” como una relación que se repetia en sus cálculos. Los griegos lo constataron y durante el resto de la historia de la humanidad lo hemos estado usando de forma consciente o inconsciente.
La forma normal de definir este número viene ser algo así como: (a+b)/a = a/b. Si despejamos esta fórmula acabamos con (1+ ^5)/2 = 1,6180… Pero esto, la verdad sea dicha, esto es interesante desde el punto de vista matématico.
A mi lo que me importa es como esta proporción aparece de forma natural en múltiples sitios cómo el cuerpo humano, y de forma accidental en estructuras creadas por el hombre (por ej: el Partenón).
A un nivel intuitivo si experimentamos algo que encaja en esta proporción reaccionamos de una forma más natural, como si fuese algo que resulta familiar. Quizá sea porque estamos acostumbrados a las proporciones de nuestro cuerpo. No lo sé. Pero muchas veces cuando una cosa nos gusta o nos resulta agradable resulta que la proporción áurea esta presente.
No hay que abusar, pero igual no es mala idea acordarse más a menudo de ella, ¿verdad?
[1] Qué Béla Bártok componia de acuerdo con la proporción áurea es algo que dice Erno Lendvai. Y lo cierto es que no todo el mundo esta de acuerdo.
ACTUALIZACIÓN: Echarle un ojo a este curioso video con el Pato Donald que explica en acentazo sudamericano que es el rectángulo mágico.
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