Que la esperanza de vida en los países desarrollados esta alcanzando cotas cada vez mayores no es novedad. Los expertos hablan de que mi generación[1] superara la barrera de los ochenta años con soltura y desparpajo. No esta claro que males nos acompañaran en nuestra tercera edad pero si sabemos que serán distintos a los que acompañan a nuestros abuelos.
Curiosamente aunque la edad de jubilación no cambia, las pirámides sociales no paran de invertirse quizá para convertirse en cubos eventualmente. De hecho, la edad media de jubilación real se acerca a los 60 años gracias a las prejubilaciones que fomentan las grandes compañias y la mania que tenemos de quemar a nuestras generaciones más jovenes con trabajos basura para que aprendan y produzcan lo más rápido posible. Desechamos de un plumazo la experiencia de nuestros mayores.
Es decir, la sociedad pasiva se esta comiendo a la sociedad activa.
Una de las maravillas que ha hecho posible Internet es la computación distribuida. Ejemplos como SETI@Home o Folding@home nos enseñan como es posible crear supercomputadoras virtuales gracias conectar miles de ordenadores que en vez de malgastar ciclos de procesador mostrando un acuario de mentira pueden estar encontrando vida en el espacio exterior o la cura para el cáncer.
Pero hay procesos que son todavia demasiado costosos para dejarlos en sus manos ya que los algoritmos que hay que crear son demasiado complejos y el aprendizaje largo. En cambio un cerebro humano puede reconocer el contenido de una imágen en una décima parte de lo que tardarian siete supercomputadores. Ahora bien, conseguir que un ser humano trabaje sin incentivos a la vista pues es algo dificil, ¿no?
Un dato para la reflexión: en la construcción del Empire State building se invirtieron 7 millones de horas-hombre[2]. En el año 2003 se invirtieron 9.000 millones de horas-hombre en jugar al solitario.
Con esto en la cabeza Luis von Ahn, un profesor de la Universidad Carnegie Mellon, puso en marcha dos proyectos ejemplares: ReCaptcha y Gwap.
Posiblemente muchos hayais utilizado ReCaptcha sin enteraros. Para evitar el spam y los maliciosos bots muchos procesos de entrada de información requieren la transcripción de un texto que no se lee correctamente en una caja de un formulario. Un ser humano tarda apenas unos segundos en hacer lo que una computadora no puede. Luis tuvo la genial idea de que estas imágenes que se muestran al usuario fuesen extraidas de aquellas páginas de libros que se digitalizan y que muchas veces los ordenadores y sus programas de OCR no reconocen, distribuyendo el trabajo entre millones de personas ¿Quieres registrate en esta página? Pues ayudame a digitalizar este libro.
Su otro proyecto es Gwap, un juego dónde el objetivo es que dos personas que no se conocen coincidan en definir una imágen con la misma palabra. Cuanto menos tiempo tardes en coincidir con tu misteriosa pareja más puntos os llevais, incentivando así la velocidad y por tanto incrementando el número de palabras que se introducen en el sistema ¿El objetivo final? ayudar a Google a etiquetar todas las imágenes que existen en la web. Gracias a la competición, a enmascarar un trabajo tedioso como un juego, se estan mejorando los resultados de busqueda de imágenes en Google y facilitando la accesibilidad de las mismas para personas discapacitadas.
Podeis interesaros más por estas iniciativas en el video de la presentación que dió Luis von Ahn en Google.
¿Y que tiene que ver todo esto con la tercera edad?
A dia de hoy es muy difícil que nuestros ancianos aprendan a manera un ordenador, y mucho menos a comprender Internet[3]. Nosotros en cambio hemos crecido con un teclado debajo de las manos y si bien quizá no podamos escribir bien con un lápiz cuando lleguemos a la jubilación seguiremos siendo medianamente útiles delante de un terminal con conexión a la red. Sí, no entenderemos la Web 1000.0 de turno o como se llame, pero si podremos seguir identificando imágenes con facilidad. Y podremos ser útiles a, por ejemplo, los entes públicos.
Imaginadlo por un momento: la burocracia de dentro de 40 años se colapsa, no tienen suficiente capacidad de proceso, pero con un protocolo de computación humana distribuida y una hora al día que le dediquemos en nuestro Macintosh G27 podriamos pasar de ser población pasiva a población semiactiva que ahorra recursos, que no solo depende del sistema, sino que el sistema depende de nosotros. Podría funcionar.
Conclusión: el futuro de la sostenibilidad de nuestras estructuras sociales pasa por la despasivización de nuestros mayores gracias a la distribución de computación no automatizable.
Y nada, ese es el peyote del mes. Disfrutadlo. O tiradlo a la papelera. Mmm…
[1] La generación de los años 70. Viva lo viejuno.
[2] Cuando digo horas-hombre me refiero al producto de todas las horas que ha dedicado cada persona en un mismo proyecto.
[3] Conozco los planes de informatización de la tercera edad, pero la fase en la que un ser humano aprende e interioriza nuevos procesos acaba más o menos cuando cumple cuarenta años. A partir de ahí todo es más dificil y la idea es que el trabajo no sea algo doloroso y se haga con facilidad.
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