PQMC – Massimo Vignelli

Estados Unidos es un pais de grandes ideales que acaban en la basura gracias a la naturaleza imperfecta de sus fundadores, seres humanos como tu y como yo. Es un pais dónde gracias a su liberalismo (bien entendido) han sido los ingenieros quienes han definido sus paisajes, perfilados por carreteras infinitas sin las trabas de una sociedad con mil y una convenciones como la vieja Europa. Es un pais épico.

Y épica es la historia de un italiano de nombre Massimo y de apellido Vignelli que gracias a una beca se enamora del Nuevo Mundo en el lejano 1957. En 1966 regresaria al pais de las oportunidades para montar la sucursal americana de Unimark International, una empresa de servicios de diseño.

Vignelli era un ejemplo tardio de un inmigrante italiano, que no paso por la isla Ellis, pero que se tuvo que enfrentar con la legión de ingenieros que anteponian pragmatismo y funcionalidad al lado humano que buscaba el diseño. Y el ejemplo más claro de esta batalla personal es el malogrado mapa del metro de NYC de 1972.

A través de su estudio, Vignelli Associates, rediseño todo el sistema de información del metro de Nueva York. Un caso de estudio clásico con la Helvetica como protagonista principal. La guinda del pastel era un mapa de metro que se inspiraba claramente en el padre de todos los mapas, el de Harry Beck. El mapa mostraba la red entera del metro por un lado, y el detalle de Manhattan por el otro. Una preciosidad.

Pero resultó que no gustaba.

Y no gustaba porque no era geograficamente literal. Por ejemplo: Central Park era un cuadrado en el mapa de Vignelli, mientras que en realidad es un rectangulo más bien alargado. No importaba que se entendiese perfectamente como ir de una parada a otra, y que tuviese una gran legibilidad, no, lo que importaba era que se tomaba libertades geograficas y por ahí no pasaba la gente. Querian ver la ciudad tal y como era.

Es decir: querian que un mapa del subsuelo describiese perfectamente el sobresuelo. Querian un mapa de Nueva York en el mapa del metro de Nueva York. Querian funcionalidad por encima de humanidad.

En 1979 el mapa de Vignelli fue sustituido por el de Michael Hertz, certificando su muerte anunciada. ¿Aprenderemos de nuestros errores?

Si quereis saber más de Massimo Vignelli podeis consultar los siguientes enlaces:

NOTA 1: No tengo nada contra los ingenieros. En serio. Creo que son gente encantadora. Pero si creo que pierden enseguida el foco de las cosas cuando se ponen a hablar en jerga ‘ingenieril’ y anteponen conceptos como la optimización a su propia humanidad (i.e.: no importa que algo sea incomodo si con eso se consigue un 3% más de rendimiento).

NOTA 2: Me autorrespondo. El año pasado vivimos un caso similar en nuestras carnes con el famoso mapa de Metro de Madrid.

4 Comments

  1. ¡Qué bonito post!
    Hay algo que no entiendo: ¿por qué te refieres a la demanda por parte de los ingenieros de un mapa “topográficamente correcto” como que “querían la funcionalidad por encima de la humanidad”? Lo entendería si dijeras que “querían lo analógico por encima de lo simbólico”, o incluso que “querían la fidelidad por encima de la funcionalidad”.
    Nah. No sé. No me hagas caso.

  2. Gracias César.

    igual lo escribi en un momento de euforia (ya sabes, sin parar de teclear) y no me pare a pensar la expresión. Lo que queria decir es que pusieron por encima la importancia del mapa como mapa de calle (funcional) por encima de su importancia como mapa de una estructura que se entendiese (humana).

    O igual estoy comparando el chorizo con la velocidad, que tambien se me da muy bien.

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