A día de hoy WordPress es una de las soluciones para blogs más extendidas por todo el mundo. Tanto en su versión descargable como en la solución ‘hospedada’. De hecho esto que estáis leyendo esta propulsado por la criatura de Matt Mullenweg, un chaval de 24 años que vio como el programa que usaba él para bloggear (b2/cafelog) estaba bastante estancado en su desarrollo y ni corto ni perezoso se lanzo a resucitarlo.
El resto es historia.
Hace poco han sacado la versión 2.5, nombre en código: Brecker. Y si no te la has instalado ya no sé a que esperas. Por fin han cerrado tres huecos que para mi hacen de WordPress un CMS bastante madurito:
- Ya se pueden actualizar los plugins que te instales en WordPress directamente desde el Dashboard de la aplicación.
- Con Automatic Upgrade puedes actualizar tu instalación de WordPress con un click sin tener que hacer cosas raras (como configurarte un servicio SVN que a muchos les sonará a chino).
- Y para los vagos de remate como yo: OneClick te permite instalar temas y más plugins desde el navegador.
Es decir, han eliminado prácticamente la necesidad del FTP, de los permisos de lectura y escritura engorrosos, de los secretos para gafotas que tanto engorro provocan. Han hecho el WordPress más transparente, más accesible, más cercano.
A cambio, seguro que se han abierto unos cuantos agujeros de seguridad y el mundo WordPress se acerca poco a poco a esa pesadilla las páginas de MySpace (al haberse reducido su nivel de dificultad, claro). La vida es así de dura.
NOTA: no se me olvida el rediseño del interfaz de control que ha hecho la gente de Happy Cog. Esta bonito, y tiene detalles chulos. Pero no me mata.
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